FUNDAMENTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA VIDA EXITOSA
Nuestra vida es como una casa que vamos construyendo diariamente, si no edificamos sobre fundamento sólido, cualquier viento de adversidad podría derrumbarnos, por eso te compartimos estos cinco fundamentos para una vida exitosa... ¡esperando que que puedas experimental una vida maravillosa y abundante!
"Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican;"
salmo 127:1a
Todos tenemos el derecho y hasta la necesidad de triunfar
en la vida. Ninguno de nosotros nació para ser un perdedor, todo lo contrario,
vinimos al mundo dotados con un cúmulo de talentos que nos hacen competentes
para alcanzar el éxito y ser útiles a la sociedad.
Sin embargo, el éxito no llega por casualidad ni es
producto de alguna fórmula mágica o amuleto de la buena suerte. Para alcanzarlo
hay que aplicar una serie de principios sobre los cuales se debe ir
construyendo el mismo. En tal sentido, una vida exitosa está basada sobre una
serie de fundamentos, entre los cuales se pueden destacar los siguientes:
El éxito es 90% actitud y 10% aptitud
Es por ello que la buena actitud es fundamental en la
construcción de una vida exitosa. Una actitud positiva es aquella forma de
pensar, sentir y actuar adecuadamente ante una situación. Esta debe traducirse
en fe, perseverancia, integridad, esperanza, optimismo, valentía, tolerancia,
amabilidad, sentido común, iniciativa, templanza y capacidad de servicio entre
otras.
Lectura recomendada: la aptitud también cuenta para el éxito
Y aunque nuestras aptitudes no son determinantes, ignorarlas es
una mala actitud. Las personas exitosas saben cuáles son sus aptitudes y en función
de ellas trazan su proyecto de vida. Somos capaces de hacer muchas cosas;
muchas más de lo que generalmente creemos, pero no somos capaces de todo.
El éxito es 90% transpiración y 10% inspiración
Nada en la vida se obtiene sin que se trabaje por ello. Así que amar y disfrutar del trabajo
es indispensable para ser exitosos. Cualquier logro requiere esfuerzo y tiempo.
No hay otro modo de construir y mantener el éxito.
Ahora bien, trabajar debe entenderse como toda aquella
actividad que se realice con el fin de alcanzar un determinado objetivo, meta o
sueño anhelado. Es por ello que se hace vital la planificación de un proyecto
de vida.
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Trabajar con diligencia, creatividad, entusiasmo y
espíritu emprendedor. Trabajar con propósito. Esto es en función de metas y
proyectos. Trabajar con visión. Trabajar con disciplina y constancia. Sin obsesiones
ni dependencias patológicas; Todo tiene su tiempo y medida. Trabajar con
esfuerzo y valentía, con gozo y celebración.
Tenemos una oportunidad de valor incalculable en nuestras
manos: la alegría del trabajo. ¡Y qué alegría poder trabajar por aquello que
anhelamos y soñamos!.. ¡GRACIAS A PAPÁ DIOS!
El éxito
requiere de educación continua
Capacitarse permanentemente es un factor que permite maximizar
el desempeño en cualquier actividad que se realice. Por lo cual, no debe
ponerse límites al aprendizaje. Quien aprende continuamente tendrá las mejores
y mayores oportunidades. Por lo cual, nuestra educación debe ser continua.
Hay que leer permanentemente. Invertir tiempo y dinero en
cursos, talleres, seminarios. Benjamín
Franklin dijo que una inversión en conocimiento paga el mejor interés. Y para
Robert Kiyosaki el mayor activo que poseemos es nuestra mente.
Ahora bien, como lo apuntó San
Ignacio de Loyola, no es el mucho saber lo que sacia el alma sino el degustar
lo que se aprende. El conocimiento que no se hace vivencia es como la píldora que
no se toma. No surte efecto.
El éxito personal es mayordomía total
La buena administración de los bienes, la salud, el
tiempo, las habilidades y talentos es básica en la construcción del verdadero
éxito. Una visión integral del mismo conlleva a una adecuada jerarquización de
las distintas áreas de la vida personal.
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Hay que aprender a dar prioridad a aquello que es
realmente importante y a lo que realmente nos genera bienestar y felicidad
verdadera.
La buena mayordomía nos permite vivir en armonía y balance.
A mantener un sano equilibrio. A ser productivos sin dañar a nuestro entorno ni
a nosotros mismos. A ejercer nuestro libre albedrío con responsabilidad.
El éxito es saber dar y recibir
Necesitamos aprender a aplicar conscientemente la ley de
la reciprocidad. A dar adecuadamente para recibir abundantemente.
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La ley de la siembra y la cosecha expresa que todo lo que
el hombre sembrare eso mismo cosechará. Todo lo que las personas dieren o
hicieren eso mismo recibirán de vuelta.
Por tanto, hay que velar para que nuestras relaciones
interpersonales, nuestra convivencia, nuestro trato con los demás sea un campo fértil
de buenas semillas. De gracia recibimos de gracia damos. Solo se recibe el
amor, la gratitud y lealtad de otros en la medida que amamos y somos
agradecidos y leales.
En tal sentido, la generosidad es un factor clave para
una vida de éxitos. Quien cultiva en su vida la generosidad nunca tendrá necesidad
de ningún bien, ya sea material o espiritual. El generoso siempre será saciado.
En conclusión, la construcción del éxito es un proceso
que debe estar bien fundamentado. Una vida exitosa, tal y como lo dijo El Señor
Jesús, es una casa construida sobre la
piedra y no sobre arenisca. Si no estamos bien cimentados, cualquier viento de
tempestad nos echara abajo.
También debemos estar conscientes de que la realización personal incluye el bienestar del otro. Del prójimo, del hermano, del amigo. El éxito se construye en plural, jamás en singular; ni siquiera el popular llanero solitario andaba en solitario. Así que la invitación es a que crezcamos en armonía con Dios, con nosotros mismos y con los demás.
DANIEL GUTIERREZ
tw @dags76_
Imagen de Alexander Lesnitsky en Pixabay
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